Terra.-Ciudad de México (México). El oro azul, como les llaman los húngaros a sus aguas termales, nunca fueron tan atractivos como hoy, pues entre vapores y siluetas se pueden ver espectáculos, películas y hasta disfrutar de la música tecno.
Así sucedió en la 'La noche de los baños', donde se mostró la vitalidad de una tradición húngara con cientos de años de historia.
En toda Hungría se pueden contar hasta 500 manantiales de aguas termales, pero no todos son explotados. En Budapest, por ejemplo, hay 124 manantiales y 32 baños públicos, cuyos edificios van desde los dejados por los turcos en el siglo XVI, y los característicos del Art Noveau y contemporáneos.
A orillas del Danubio, los húngaros disfrutan de distintos estilos de baños públicos, desde los muy actuales como el Rudas, donde los jóvenes bailan entre los vapores, hasta el exclusivo Luckáks, con su piscina de lodo y sus baños gaseosos para los bañistas más exigentes. También los hay familiares, donde los niños, a partir de los seis años, pueden ir acompañados de sus padres.
Se dice entre los médicos alternativos, que no hay mejores aguas que las de Hungría. La variedad de sus propiedades (sus aguas pueden ser yodadas, bromadas, alcalinas, gaseosas, radioactivas, sulfuradas, sulfatadas... ) pueden curar enfermedades respiratorias, cutáneas, presión sanguínea...
Los Baños Szechenyi, por ejemplo, están considerados como uno de los complejos termales más grandes de Europa. Cuenta con impresionantes piscinas exteriores a 38°C entre edificios antiguos y bellos jardines. Sus aguas son ricas en calcio, sulfatos y magnesio, por lo que son buenas para el reumatismo,cardiopatías y otras dolencias.
Todo lo anterior pone la mesa al turismo médico y al de spa. Hungría es el sitio perfecto para gozar del agua con beneficios extras, y además adentrarse en una cultura totalmente distinta, con raíces romanas e influencia turca. La experiencia no sólo es reconfortante y sana, sino divertida y cultural.
No hay comentarios:
Publicar un comentario